Anoche cuando fuimos a ver a Xavier, éste estaba dormido pero le habían quitado la campana de oxígeno. ¡Qué respiro! Eso indicaba que había claras mejoras en su respiración. Esta mañana fuimos a verle relativamente temprano para estándares españoles. Las enfermeras le estaban atendiendo porque le iban a poner una nueva sonda nasogástrica. Ante nuestra sorpresa, nos contaron que se había sacado el tubo él solito. ¡Con dos días y ya se quita lo que le molesta! ¡Qué habilidad! Lo pasó muy mal, pero tenían que alimentarle de alguna manera.
Después de la mala experiencia seguía despierto y nos dejaron cogerle por primera vez desde que nació. También nos dijeron que por la tarde empezarían a darle la leche con biberón. ¡Más buenas noticias! Mientras tanto, yo me estoy recuperando bien de la cesárea y la enfermera del turno que me supervisa me dice que tengo que pasear por los pasillos del hospital.
Esta tarde fuimos a verle a la toma de las 6 de la tarde paseando poco a poco de mi habitación a la NICU (así es como se llama aquí la unidad de cuidados intensivos para bebés, UCIN en español supongo). ¡Nada de silla de ruedas! Y allí estaba Xavier con el biberón por delante tomándose 20 ml poco a poco. Después nos dejaron cogerlo para dormirlo. ¡Qué gozada!
Las noticias de la exitosa toma eran mejores aún: cambiaría de sitio dentro de la NICU a una zona con menos intervención, seguirían aumentando la cantidad de leche a 25 ml y, si todo prosperaba bien, podría estar tomando la leche del pecho directamente y dentro de poco. Todo parece apuntar a que quizá le den el alta el sábado (crucemos los dedos) y salgamos todos juntos del hospital.
Todavía estamos pensando en el segundo nombre. Ahora sí que estamos seguros de que queremos algo que signifique o sea indicativo de fuerza e inteligencia. Dos cualidades que está mostrando con sólo dos días de vida.
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